Refleccion Abril


La casa imperfecta


Un maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para retirarse a disfrutar de su pensión de jubilación. Le conto a su jefe sobre sus planes de llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual pero necesitaba retirarse. Ya se las arreglarían de alguna manera.
El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía, y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre asedio y comenzó su trabajo pero se veía que no estaba poniéndole corazón a lo que hacia. Utilizaba materiales de baja calidad y su trabajo lo mismo que el de sus ayudantes era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.
Cuando el albañil termino su trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal. Esta es tu casa querido amigo, dijo es un regalo para ti. Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho totalmente diferente ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que había hecho.
La conclusión es que debemos pensar como si estuviésemos construyendo nuestra casa, cada día clavamos un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. La vida es como un proyecto donde lo que soy hoy esta determinado por lo que hice ayer y lo que seré mañana lo determino con lo que hago hoy.

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